SALUDA SEMANA SANTA 2016

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 “Misericordia quiero y no sacrificio” (Mt 9,13) con estas palabras tomadas del evangelio según san Mateo,  el papa Francisco nos ha invitado a reflexionar en esta cuaresma.

No podemos olvidar que estamos celebrando en este año el Año de la Misericordia. Nos invita la Iglesia a revisar cada uno en nuestra vida como vivo y experimento la misericordia recibida de Dios por Cristo Salvador.

El Santo Padre nos recordaba en ese mensaje de cuaresma que nuestra propia historia es historia de misericordia  basada en la alianza de amor que El ha hecho con el ser humano. Esta es nuestra tarea, hacer vida en nosotros el encuentro de misericordia .

La Misericordia entonces «expresa el comportamiento de Dios hacia el pecador, ofreciéndole una ulterior posibilidad para examinarse, convertirse y creer», restableciendo de ese modo la relación con él. Y, en Jesús crucificado, Dios quiere alcanzar al pecador incluso en su lejanía más extrema, justamente allí donde se perdió y se alejó de Él. Y esto lo hace con la esperanza de poder así, finalmente, enternecer el corazón endurecido de su Esposa.

La misericordia de Dios transforma el corazón del hombre haciéndole experimentar un amor fiel, y lo hace a su vez capaz de misericordia. Es siempre un milagro el que la misericordia divina se irradie en la vida de cada uno de nosotros, impulsándonos a amar al prójimo y animándonos a vivir lo que la tradición de la Iglesia llama las obras de misericordia corporales y espirituales.

 Jesús L. Rodríguez Ramos

Abad, Rector y Director espiritual de la Cofradía.